No Smoking Band
Friday, February 25, 2005
posted by Unknown @ 4:37 PM, ,
Pequeño post
Wednesday, February 23, 2005
El ruido lejano de los aviones, el zumbido de la bomba del agua, los autos, todo se vuelve un zumbido que aunque siempre está ahí te olvidas de él. Es el mismo zumbido que te provoca el ponerte tapones en los oídos.
Vuelvo a la cama parea seguir leyendo el libro Jonathan Franzen, creo que un poco reconfortado por los ruidos anónimos que se unieron al concierto en cuanto llegó la luz. Como a mí me gusta que se vaya la luz es cuando estoy solo en casa y llueve. Pero eso a nadie le importa. Buena tarde a todos.
posted by Unknown @ 12:58 PM, ,
Pequeño post
Sunday, February 20, 2005
-Hace mucho tiempo yo solía ir a nadar al estanque, hasta que un día los patos se mudaron. Ha sido una de las experiencias más traumáticas de mi vida.
-Pero a los patos nos gusta nadar, Aldo.
-Dime, Bill, ¿no te parece espantoso nadar al mismo tiempo que tu comida? ¿Eh? ¿Te gustaría nadar con brócoli?
-No -dijo Bill-. Pero quizá me gustaría hacerlo con chocolate.
Estos, más o menos, son los diálogos que escucho cuando me planto frente al televisor. Y son diálogos que me gustan, quizá a causa de mi sentimiento pro animal (aunque la Goya y la fallecida Susy no dirían lo mismo) o quizá a falta de referencias culturales más hondas y aceptables.
Podría narrar un poco acerca de los acontecimientos últimos pero a nadie le interesan. Como es usual miro por la ventana para calibrar el día. Mi horóscopo me brinda esa gratificación inmediata que uno tanto necesita y tomo café instantáneo. Tengo que esperar a días de calma y encierro para escribir más a gusto. Ahora debo salir, tengo una cita a las 12:30. Luego parece que vamos a ir al cine. Y de ahí al Parque México y luego a Mixcoac. Por supuesto intentaré alimentarme bien.
PD. Para aquellos que como yo comparten la pasión por las caricaturas de la mañana, aquí dejo dos post de hace tiempo, uno que especula sobre Pinky y Cerebro, y otro donde reflexiono hondamente sobre la pollita Camila.
Growing up with Charlie Brown, Jonathan Franzen
posted by Unknown @ 8:07 AM, ,
Una fina tradición literaria
Friday, February 18, 2005
Hoy en Lo que me da la gana postear: Marcel Proust y P Diddy.
They have each failed to deliver their books on time. But while Marcel Proust is hailed for his procrastination, P Diddy is facing a lawsuit. Even so, says Blake Morrison, they are both heirs to a fine literary tradition. Artículo completo en The Guardian. Sólo fans.
posted by Unknown @ 9:16 AM, ,
Recuerdo de un amigo (1)
Wednesday, February 16, 2005
Una mañana estoy observando el vuelo de las palomas. Por la ventana el espectáculo es atroz. Las palomas también pelean. Esa imagen de paz, nada que ver. Están ahí peleándose como dos obesas mujeres metidas en playeras blancas de algodón. Al final una de ellas se aleja y parece que la crisis de esta mañana ha sido superada. Porque existe esta tendencia de lanzarse crisis los unos a los otros como una pelota de básquet. Para no ir más lejos, recuerdo la crisis de la adolescencia, la crisis de los veinte años, la crisis de los veinticinco y este momento la crisis de los espectaculares treinta. Algún listillo vendedor de peluches inventó esta idea de las crisis.
-Un día, cuando ya no esté, tú te encargarás de mí –me dice Alfaro.
La película de mi vida se sale del carrete una y otra vez por lo que me parece difícil encargarme de alguien más. Alfaro podía decir este tipo de cosas porque en realidad nunca prestaba atención a nada. Si la expresión “a nativitate” se le cruza por el camino ahí lo pueden escuchar todo el día creando combinaciones.
-Eres mi hermano a nativitate –dice-. Mi hermano. El único hermano, como un miembro más de mi cuerpo.
Intento imaginarme como un miembro más de Alfaro. ¿Qué seré? ¿Un sexto dedo? ¿Una costilla más? Lo más seguro es que Alfaro me considere una especie de tumor benigno, algo que uno puede cargar sin peligro, aunque lo mejor sería extirparlo de una vez, y extirparlo con cuidado.
En cambio Alfaro me llevó consigo. Solía sentarme a su diestra y ponerme como testigo ante las múltiples eventualidades que se sucedían en su oficina. Un escritorio de madera fina le permitía descansar los brazos mientras su interlocutor se desgañitaba al otro lado. Yo tomo notas. Soy astuto. Soy su brazo derecho.
Esa tarde Alfaro me entrega una dirección y me manda a volar con un gesto preventivo de su barbilla. En la calle miro las palomas una vez más y como por instinto camino con grandes zancadas para obligarlas a desbandarse aunque tras mi paso las filas vuelven a cerrarse y comprendo que son más listas que yo, en cierta manera.
La casa en cuestión me recuerda una crisis. La crisis de la adolescencia, cuando una tarde yo y otros (entre ellos Alfaro, un niñito esmirriado y temeroso) asaltamos una casa abandonada y fumamos cigarrillos robados. Una puerta se abrió y la figura del uniformado nos envolvió como sólo deben hacerlo las apariciones divinas. Agitó su macana a la vista de todos.
-Cinco años, chavales.
Quizá ahí comenzó la obsesión de Alfaro hacia los uniformes y las insignias y los halagos balbuceantes de los subordinados. No obstante su admiración tomó el camino divergente. Un día se hizo criminal. ¿Cómo? Pues como lo hacen los criminales, por casualidad. A la edad de quince años entró a un instituto técnico a estudiar electrónica. Después se especializó y al cabo trabajó para diversas compañías telefónicas que también por diversas razones decidieron prescindir de sus servicios.
-Pero yo nunca te extirparía. ¿Me escuchas? Nunca. Eres mi hermano. Eres yo.
-Claro. Lo sé.
Está borracho. Me olvido de las palomas pero no puedo olvidar que Alfaro es lo más cercano que conozco a un genio y quizá por eso lo respeto. La casa es alta, de piedra, y rodeada por una malla electrificada. Cuando toco el timbre la cámara de seguridad me observa (quizá toma una fotografía), y la puerta se abre con un chirrido agudo. Ahí hay que revisar atentamente el desperfecto.
-Escuche esto –el tipo aprieta el botón de play y escucho la plática de dos ardillas y luego unos cuantos gemidos. Volteo el aparato, cambió la velocidad de reproducción y ahí está:
-Te la voy a chupar lentamente, y quizá te la muerda y quizá…
El tipo cae en su sillón.
-Mi mejor amigo –dice-. Y mi mujer.
Recibo unos cuantos billetes y salgo al mundo donde esas pequeñas porquerías no interesan a nadie. Lo malo fue que por lo menos en ese momento y en ese lugar al mundo sí que le pareció interesante saber lo que ocurría. Pero ése no era mi problema. Como tampoco lo es mantener un estricto control sobre lo que sucede alrededor de Alfaro aunque Alfaro mismo lo hubiera querido así.
-Pero mi madre.
-Tu madre, tu madre. ¿Sabes lo que es esto? –y me muestra un billete reluciente de quinientos pesos. Luego otro y otro y otro-. Anda, cómprale un regalo a tu madre y te vuelves acá.
La primera vez que a Alfaro se le ocurrió la idea de trabajar por su cuenta y de grabar conversaciones ajenas fue allá por el 85. Su padre tenía ahorros en el banco. O mejor dicho tenía una caja con joyas, porque no confiaba en las computadoras ni en los registros bancarios. Pero vino el terremoto, el banco cayó redondo y las joyas se perdieron.
-Durante dos días mi padre y yo escarbamos en los escombros –me contó Alfaro-. La gente creía que buscábamos sobrevivientes. Salimos en televisión.
Compró grabadoras, les soldó un circuito muy sencillo y se anunció en el periódico de la siguiente manera: ¿INFIDELIDAD? ¿PROBLEMAS FAMILIARES? ¿SOCIOS CORRUPTOS? Y un teléfono. Y el negocio creció. No era detective, tampoco un timador pero quizá una especie de asaltante bajo pago. Los primeros trabajos implicaron saltar bardas y allanar habitaciones. Colocaba un micrófono en alguna esquina, dejando bien oculta la grabadora y salía de ahí.
posted by Unknown @ 12:22 PM, ,
Qué fue de los Mulvaney
Monday, February 14, 2005
A primera vista parecería una historia más de generaciones. Uno de los subgéneros preferidos de la narrativa norteamericana, la crónica del éxito y el debacle de la familia americana. Reseña en The Art Of Fiction.
posted by Unknown @ 9:24 PM, ,
Sábado
Saturday, February 12, 2005
Como creo haber dicho es sábado por la madrugada. Me he quedado en casa porque buena parte del día la perdí en la calle. Escribo casi mercenariamente. Cuando en alguna fiesta me cansaba de mí mismo (como sucede regularmente cuando escribo) me gritaba en tono de broma: Basta, basta ya, Mauricio, y me iba a un rincón con mi cerveza en la mano dispuesto a guardar silencio. Pero luego algo me provocaba y me ponía a hablar de jabones, mi frivolidad de siempre. Mi gran problema es que pese a todo no consigo ser polígamo. Y en una afirmación como esa, la partícula "pese a todo" significa (para decirlo con una de esas alocuciones de la vida airada) un mundo lleno de posibilidades. Sí, soy monógamo de pies a cabeza, y a veces resiento mi capacidad para defraudar a la gente. Con lo simpático que puedo llegar a ser. Qué joder. Y yo cancelando citas como si nada.
Por la noche llega V. Se me acabaron los días de encierro. Ahora las largas charlas, las discusiones sobre esto y aquello, la cama, las páginas que leemos por la noche. El té. Es un sábado tranquilo. Quisiera leer algo de Cheever, sus diarios, pero no deseo levantarme de esta silla. En vez de eso suplantaré mi falta de movilidad por una sóla explosión de energía, la suficiente para volcarme sobre la cama y quedar dormido. Una pequeña dscarga de energía cruzando mi cuerpo y mi mente para terminar fundido como un foco. Pienso en mucha gente. Esa gente, cuando lea esta oración, sabrá qué gente. Por lo pronto a la cama. He perdido mucho tiempo en la internet esta noche. Buenos días.
posted by Unknown @ 12:25 AM, ,
Hoy en The Art Of Fiction: Un paseo por Salon.com. Nick Hornby, Sub Marcos, Jonatham Lethem.
posted by Unknown @ 9:23 AM, ,
Leer blogs tiene sus recompensas.
Wednesday, February 09, 2005
El premio O Henry es sin duda uno de los barómetros literarios más importantes (junto al REA o al ASHAM) para la short fiction, y su principal benefactor sigue siendo el New Yorker cuyas historias han acaparado los premios O Henry de este año, lo mismo que los de la recopilación The Best American Short Stories Of The Year. Como un regalo que resulta demasiado generoso (tengo que admitirlo) aquí algunos de los relatos ganadores:
THE BRIEF HISTORY OF THE DEAD, de Kevin Brockmeier
WHAT YOU PAWN I WILL REDEEM, de Sherman Alexie
Refuge in London,de Ruth Prawer Jhabvala
A RICH MAN, de Edward P. Jones.
THE HIGH DIVIDE, de Charles D'Ambrosio
De The Art Of Fiction
posted by Unknown @ 12:58 AM, ,
Lunes
Monday, February 07, 2005
Cinco minutos después Llare entra husmeando como un perrito. Se detiene a mi lado, me mira leyendo el monitor de la computadora. Y me pregunta: ¿Qué haces? Y una vez más nos engarzamos en una conversación infinita.
posted by Unknown @ 12:06 PM, ,
Sheridan Square
Saturday, February 05, 2005
PD. Hablando de críticos profesionales. Ayer leí una reseña de Christopher Domínguez Michael en ese libro que compré en el metro (sí, ahí es donde se vende la crítica hoy día, junto a manuales de jardinería) sobre José Agustín y Gustavo Sainz. Déjenme cito un poco: “Muy grande debe ser la soledad de Gustavo Sainz (1940) para enjaretarle al hipócrita lector 787 páginas del egocentrismo más impúdico y descarado que se haya visto en la literatura mexicana. Ni Carlos Fuentes bajo la lluvia con Shirley McClaine en Sheridan Square.”
posted by Unknown @ 6:31 PM, ,
Sábado
posted by Unknown @ 8:03 AM, ,
Monopoly Literario
Friday, February 04, 2005
El método es muy sencillo: Escoge un personaje: Nihilista, Intelectual, Estudiante, Activista, Comunista (casi todo lo acabado en “ista” se admite; como columnista), Bloguero, Cegeachero, Detective, Femme fatal, Soldado, Espía, etc, etc, lo que se te ocurra. (El método-juego es para cuatro personas pero si eres un onanista de mierda créeme que puedes jugarlo tú solito). Particularmente recomiendo dos: Nihilista Vaquero, y Estudiante Latinoamericano Amante del Absurdo y lo Sublime (sin el Ferrari).
El tablero se creó pensando en ti y los eventos más desastrosos, bellos, absurdos y definitivos se encuentran dispuestos de tal forma que a cada tiro de dados tu personaje se moverá sagazmente desde la Revolución de Octubre a la Segunda Guerra Mundial (varios escenarios disponibles), y de ahí (todo es un golpe de dados) bien puede llegar a un episodio intenso de la Guerra Fría y terminar (por qué no, todo es posible) bajo un edificio hecho trizas en el temblor de 1985.
No te preocupes por la redacción. Nuestro equipo de redactores te hará el trabajo una vez te hayas decidido por la trama que más te acomoda.
Para despejar sospechas pongamos un ejemplo.
Supón que has elegido Nihilista Vaquero (diez puntos de fuerza; tres de defensa; cuatro de poderes especiales); si los dados cayeran en el 7 (es una suposición todavía), entonces tu novela total comenzaría en la tragedia de Chernobyl. Buen inicio. Envidiable. Vaquero Nihilista avanza a Chernobyl y tu Novela Total ha dado comienzo. ¿Te sientes vacío? Ánimo, joder. Para llenar el vacío podrás tomar una tarjeta de Situaciones domésticas o Situaciones climáticos o Vuelta de Tuerca. Tomemos una de Situaciones domésticas: “Tu personaje se ha enamorado de una bella mujer. Avanza a la Torre Eiffel en la casilla de París.” Perfecto. Esto comienza a tomar forma. A estas alturas nuestro equipo de redactores se frota las manos con tu Novela Total. Tira de nuevo. Ocho: “Cárcel estalinista. Gulag”. Mierda. Parece que tu Novela Total se irá por los caminos políticos. Tomemos una tarjeta de Situaciones Climáticas: “Richard Nixon desea para ti el Premio Pulitzer por tus grandes reportajes”. Nuestros redactores escriben: Aquella plácida mañana, Nihilista vaquero recibió la nueva de que Stalin requería de su presencia: “Eres libre, camarada”. Qué te importa si hay por ahí algo que no cuaja. Es TU Novela Total, de nadie más.
El precio de Monopoly Literario es de 10 euros. El precio de la redacción de tu Novela varía.
Si quieres un Monopoly Literario deja un comentario con tu e mail.
Monopoly Literario es una marca registrada. Monopoly literario es recomendado por Arturo Pérez Reverte. Exige tu garantía.
posted by Unknown @ 3:25 PM, ,
Hemingway Doll
Thursday, February 03, 2005
posted by Unknown @ 9:20 AM, ,
Pequeño post
Tuesday, February 01, 2005
No, hablo en serio. He subido mucho de peso. Ahora mismo, sentado y medio encorvado para escribir este post me siento ligeramente incómodo con mi pantalón talla 32. Para sobrellevar esta crisis leo unas páginas del diario de Kafka. Me aburren bastante.
Esperen, creo que siempre sí me voy a remontar cuatro años atrás. Hoy no sucede nada interesante. Como rápido por lo mucho rato después de haber dejado la mesa sigo escuchando los tintineos de la vajilla y el rugido de las niñas que no comen como se debe. De hecho, aquí nadie come como se debe, comenzando por mí que soy el primero en sentarme sólo por ser el primero en levantarme. Cosas. Lo de los cuatro años era broma. Aunque si me esfuerzo un poco qué puedo ver. Sí: me veo en la Biblioteca Central de la UNAM leyendo esos libros sobre mitos de Roger Caillois de los que ya no recuerdo nada. Quizá los talla 21 todavía me entraban, no lo sé. Pero sí, aquellos días de obligaciones académicas. Me gustaba hacer una pausa a mediodía y tomarme un café conversando cualquier frivolidad con cualquier persona que se cruzara en mi camino. Tenía ambiciones.
Más tarde parece que debo salir a hacer acto de presencia por ahí. Todo parece una gran suposición últimamente. Luego regresar a casa y quizá seguir con ¿Qué fue de los Mulvaney?, de Joyce Carol Oates, la amplia narración de una familia que (este es un subgénero típico de la literatura americana) por un evento que irrumpe en su moral en su tranquilidad y en sus ambiciones, cae lenta pero definitivamente en el oscuro agujero al que sólo estaban destinados los inmorales y los perversos. ¡No los Mulvaney! En cuestiones de prosa es excelente. De hecho, la Oates nunca me ha decepcionado. Aún así, creo que la desventura de los Mulvaney no está narrada con la fuerza que otras familias caídas han tenido en la literatura norteamericana. Pienso en dos novelas de Roth: en When she was good, de principios de los sesenta, y en American Pastoral, del noventaitantos. Principalmente American Pastoral donde vemos la perfecta vida del “Sueco” Levov despeñarse tras la radicalización de su amada hija, la jainita terrorista. Cosas así. A ver si pronto me animo a leer Corrections, de Jonathan Franzen.
posted by Unknown @ 3:22 PM, ,
The Authors
John Travolta
John lives in Toronto and is a freelance illustrator and a designer/animator for CHUM Television. He writes about , design, and visual culture under the pseudonym Robot Johnny
Claire Robbinson
Claire Robertson is an illustrator and toy from Melbourne, Australia. While her illustration clients have included The New York Public Library, Scholastic and Cambridge University Press, itâs her blog Loobylu.com that brings her the most joy and which has attracted the most attention with rave reviews in the Wall Street Journal, WIRED Magazine and The Guardian.
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